Si alguna vez has gestionado algún sitio web, lo más probable es que te hayas cruzado con cPanel, el más popular de los paneles de administración de alojamientos web, que facilita tareas básicas como crear una nueva base de datos o cuenta de e-mail, o la de configurar una tarea cron.
El problema de cPanel (o de su principal competidor, Plesk… que desde hace poco pertenecen a la misma compañía) es que se trata de una herramienta propietaria y de pago, que suele incluirse en los servicios de hosting compartido, pero no en otras como los alojamientos dedicados o los VPS. Y adquirir una licencia para instalarlo por separado puede suponer un gasto extra de entre 15 y 45 dólares al mes.